abcdef
December 17, 2018

Hemos oído hablar mucho sobre los radicales libres y lo nocivos que son para nuestra piel y organismo, pero, ¿realmente cómo nos afectan?

Su origen es el interior de nuestro organismo, es decir, la presencia de oxígeno en el intercambio celular crea una inestabilidad bioquímica produciendo oxidación celular. Las áreas más afectadas son el ADN y la membrana protectora, que actúa como una barrera protegiendo la célula.

Una vez dañas estas estructuras se acelera la degradación de proteínas básicas como la elastina y el colágeno creando núcleos celulares dañados. Completado este proceso, las nuevas células que llegaran a la superficie de epidermis presentaran un aspecto desigual que se traduce en áreas de mayor sensibiliadad, deshidratación e hiperpigmentacion, entre otros.

Este tipo de anomalías cutáneas se ve directamente reflejado en la piel por una pérdida de firmeza mostrando un envejecimiento prematuro.

Otras de las principales razones de la aparición de los radicales libres son la contaminación medioambiental (humo de tabaco, coches), la radiación UVA o una alimentación inadecuada.
Esta última, puede llegar a ralentizar el metabolismo generando mayor número de radicales por falta de antioxidantes o un exceso en el consumo de aceites hidrogenados como la margarina.

Hay que tener en cuenta que el abuso de medicamentos también puede afectar de forma negativa a nuestro cuerpo y fomentar la aparición de estas partículas.

La manera que tenemos de protegernos frente a los radicales libres es el consumo moderado de alimentos que nos ayuden a reducir su aparición. Entre ellos están:

  • Carotenos: alimentos de color anaranjado que protegen la piel y la preparan para la exposición solar como la calabaza y la zanahoria.
  • Vitaminas A, C y E presentes en cítricos y plantas de hoja verde.
  • Flavonoides, presentes principalmente en el té verde.
  • Coenzima Q10 antioxidante liposoluble.

Otros de los cuidados que debemos tener en cuenta son:

  • Evitar el abuso de maquillaje sobre todo si es en texturas densas que no permiten traspirar la piel.
  • Desmaquillar la piel de forma diaria para evitar la acumulación de impurezas siempre con un producto específico según el tipo de piel.
  • Utilizar productos adecuados que protejan y fortalezcan el motor de la célula (la mitocondria) realizando varias aplicaciones a modo de barrera.
  • Es imprescindible utilizar un producto (crema, maquillaje, pantalla total) con factor solar igual o superior a 30 para ofrecer mayor duración y protección a la explosión solar.

Siguiendo estas pautas sencillas podemos mantener nuestra piel joven y bonita durante más tiempo.


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